miércoles, 26 de julio de 2017

Trabajando con el conflicto

Portadapor Javier Martínez (javiertinez@gmail.com)
Se presenta este libro en su versión en español, publicado en Guatemala en el 2000 por el Centro de Estudios para el Desarrollo y la Democracia (CEPADE) y el Consejo de Investigaciones para el Desarrollo de Centroamérica (CIDECA) en asociación con Responding to Conflict (RTC).
La estructura del libro consta de cuatro partes, a saber: Parte 1: Análisis; Parte 2: Estrategia; Parte 3: Acción; y Parte 4: Aprendizaje. Como el título sugiere, la estructura orienta hacia la acción, de hecho evoca otro método de acción conceptualizado en VER – JUZGAR – ACTUAR de origen latinoamericano y usado en procesos populares en el continente.
El libro llama la atención por algunas particularidades que merecen ser señaladas. Primero, se presenta como un resultado colectivo que involucra a trescientas personas trabajando con el conflicto. Otro aspecto interesante es que sus autores (los explícitos) están o han estado en la práctica de construcción de paz y resolución de conflictos, está escrito a partir de experiencias, en ese sentido es un manual probado que sugiere alternativas para el abordaje. Por eso la Parte 4 de Aprendizaje deja ese sabor a construcción de conocimiento. Tercero, la pluralidad abarca el ámbito de los enfoques también. John Paul Lederach, Paulo Freire, Adam Curle son algunos de los autores que inspiran a los autores.
El libro se presenta como una herramienta práctica, lo que supone que será útil a toda persona que se encuentre en situación de necesitarla, trabajando con conflictos. A partir de experiencias de muchas personas en conflictos diversos se han puesto en práctica estas herramientas y se ofrecen ahora para utilizarlas de ser necesario.
El libro no es un manual. Por lo expresado en el párrafo anterior no se presentan los pasos a seguir, se sugieren métodos, técnicas e ideas para aplicar. Por tanto es abierto a la innovación creativa. Lo único que se requiere es estar trabajando con el conflicto. Como se expresa en su presentación, el libro puede ayudar a:
·         Analizar los conflictos sociales y políticos que enfrenta.
·         Valorar la capacidad de su grupo o institución para trabajar sobre los conflictos.
·         Evaluar el impacto de su trabajo sobre conflictos.
·         Identificar debilidades y vacíos en sus actividades actuales.
·         Idear nuevas actividades y estrategias apropiadas a la dinámica de cada situación.
·         Desarrollar habilidades esenciales.
·         Influir en el pensamiento estratégico de su propia organización y en otras organizaciones.
·         Aprender de lo que ha hecho y ayudar a otros a hacerlo.
Podés encontra la versión en español aquí

martes, 11 de julio de 2017

Pandillas, guetto y cultura importada



Resultado de imagen para latin america ghettoPor Felipe Aldana (salfelipe2006@yahoo.com)
El Salvador de post guerra no fue impactado realmente por los Acuerdos de Paz de 1992. Los factores estructurales que propiciaron la guerra siguieron marcando las pautas de la vida nacional.  El factor político en su expresión evidente y publicitada, lo electoral, siempre estuvo sometido a lo que nunca cambió.
Por lo tanto, la gente se siguió yendo del país, buscando las oportunidades para mejorar la vida; oportunidades que siguieron siendo escasas para las grandes mayorías.
Llegaron nuestros compatriotas a una sociedad estadounidense más cerrada, extraña, marginadora, excluyente y que siempre les vio como enemigos.  Una sociedad en donde encontraron a “salvadoreños” ya nacidos en Estados Unidos; pero a pesar de eso, su identidad de referencia era El Salvador.  Pero ellos habían nacido allí.
Se encontraron también con otras identidades culturales que sufrían marginación y la humillación consecuente.  Los negros, los chinos, los mejicanos, los indios y otros agrupamientos asiáticos.
La sociedad estadounidense para estas identidades es un espacio hostil.  Es un espacio en el cual el guetto es el resultado y no la consecuencia de muchos males.  La gente está a la defensiva, defiende su territorio y dentro del espíritu de sobrevivencia, se remarcan a los “otros” no como iguales que yo, sino como enemigos a costa de los cuales sobrevivimos y crecemos.
No obstante, es una minoría en Estados Unidos que marca su sobrevivencia en el quebranto de la ley.  Muchas veces su propia comunidad de referencia es víctima, en menor proporción, pero esto es por un corto tiempo.  Ya que las pandillas mutan y de guetto pasan a considerar el territorio como su coto de caza.  La comunidad salvadoreña por ejemplo, pasa a ser perjudicada en EEUU y en El Salvador.  Hay estadísticas policiales que nos hablan de extorsiones y crímenes vinculados desde EEUU y desde El Salvador.
Terminamos la guerra en 1992 y un año después se incrementan las deportaciones masivas desde EEUU.  Muchos pandilleros llegan a un país que ya no reconocen como propio y además se les recibe no tan acogedoramente.
Acá empieza la simbiosis de las pandillas.  Acá las identidades se hacen tribus, se hacen agrupamientos para los cuales el “territorio” es su territorio.  Empieza a pesar más el lucro y el poder del grupo, y no la identidad como pueblo.  Pero también el Estado está ausente de estos lugares…
En un primer ciclo esta dinámica foránea chocó con la identidad natural de nuestro pueblo.  Y la clase política, la academia y otros sectores de incidencia, prefirieron combatir el fenómeno y no hicieron nada por entenderlo, por estudiarlo, por buscar construir soluciones alternativas, inteligentes, pacíficas y humanistas para abordar el problema.  A la gran Derecha nunca le interesó, eran sólo pobres y nada más.
Pero, es tan escandalosamente marginadora, excluyente y empobrecedora nuestra realidad social, que estos agrupamientos de pandillas se constituyen en un fenómeno social que impacta en su identidad a cerca de un 10 % de la población de nuestro país.
¿Será que esta fragmentación territorial que sufre el país, esta realidad de guettos más   beligerantes y violentos sea tan solo la punta del iceberg de un conflicto mayor?
¿Esta mezcla de marginación, exclusión, represión criminal del sistema y empobrecimiento galopante de la gente, sea la yerba seca cuyo combustible esté tan peligrosamente cercano en el conflicto con las pandillas?
Los políticos inescrupulosos se encargaron de abrirle los ojos a las pandillas, le hicieron consciente de su poder, y no solo electoral, sino de toda la dimensión de su poder.  Pero también, esta realidad nos vuelve a los temas relevantes: sin desarrollo no hay paz y por supuesto, que sin paz no hay condiciones para el desarrollo.  Entender que la corrupción de los políticos no es distante del daño que causan las pandillas.
Empecemos pues por la justicia, por la construcción de equidad, por el respeto al Estado de Derecho, porque de verdad la persona humana sea todo el centro de nuestra acción.